Me gustan los faros. Un faro implica que justo al lado habrá un lugar mágico para contemplar el mar, tanto si está despejado como si un temporal azota con fuerza. Las vistas desde cualquier faro son geniales.
Otra de las cosas que más me gustan de los faros es que, normalmente, están cerca de algún pueblo marinero con encanto. De esos que te acaban conquistando. A ti eso también te gusta ¿verdad?
Cantabria siempre ha necesitado grandes faros para guiar a nuestros marineros por su mar bravo. Necesita grandes vigías para sus acantilados. Así que hoy nos alzamos a la mar para hacer una ruta por la costa de Cantabria a través de sus faros y su entorno.
Vente conmigo de la mano por este recorrido con sabor marinero. ¡Embarcamos!
Ruta por la costa de Cantabria a través de sus faros
Primera parada: Castro Urdiales
Comenzamos la ruta desde la parte oriental de Cantabria para ir avanzando poco a poco hacia el este deteniéndonos en los puertos más importantes. Nuestra primera parada será Castro Urdiales, uno de mis pueblos preferidos de la costa.
En el centro del Casco Viejo está el Faro de Santa Ana, construido sobre un entramado defensivo que pertenecía al antiguo recinto amurallado de la ciudad.
A diferencia de otros faros de Cantabria en los que está prohibido el paso, a este Castillo-Faro se puede entrar gratuitamente.
Aquí nos detendremos para callejear por todo el Casco Viejo de Castro Urdiales. Ver la Iglesia de Santa María de la Asunción, el puente medieval y los acantilados.
Para finalizar la parada en Castro y reponer un poco de fuerzas no te olvides tomar unos buenos pinchos por allí, ¡están buenísimos!
Siguiente parada: Santoña y sus anchoas
Continuamos la ruta por la costa de Cantabria en dirección a Santoña. La cuna de las anchoas. Por el camino desde Castro a Santoña, merece también una parada Laredo. Creo que sólo por ver la larguísima Playa La Salvé, de 7 kilómetros de arena fina y dorada, merece la pena la visita.
Una vez hecha la parada de rigor en Laredo, continuamos nuestra ruta hasta llegar a Santoña. Allí te espera una de los rutas de senderismo que más fama está adquiriendo en los últimos años: la ruta que bordea el Monte Buciero y que pasa por el Faro del Caballo y el Faro del Pescador.
Aunque el Faro del Caballo está en desuso desde el año 1993, contemplar los acantilados y las aguas cristalinas que lo rodean compensa el esfuerzo de bajar las 700 escaleras que te conducen hasta allí.
Parece el Caribe, pero no hace falta irse tan lejos, ¡es Cantabria! Y eso que la foto no le hace justicia, en directo es aún mejor.
Sin prisa pero sin pausa continuamos por el monte Buciero. Pasados unos kilómetros desde el Faro del Caballo, llegarás hasta el Faro del Pescador. Durante todo el camino las vistas a los acantilados son de quitar el hipo.
El Faro del Pescador si que está en uso. Además de las vistas a los acantilados, durante la ruta verás la famosa Playa de Berria, una de las mejores playas de Cantabria.
Como el esfuerzo ha valido la pena, no se me ocurre mejor plan, una vez acabada la ruta, que degustar una buena ración de anchoas de Santoña, ¿no te apetecen?
Seguimos hacia el Cabo de Ajo
Volvemos otra vez a levad el ancla y desplegar las velas para continuar por la costa hasta el Cabo de Ajo, el punto más al norte de Cantabria. Allí nos espera el Faro de Ajo y la naturaleza incontrolable del mar y su entorno. Las vistas desde aquí te dejarán sin respiración, más si cabe si el día está despejado, llegándose a ver incluso Santander a lo lejos.
Además de las vistas, en verano te está esperando un buen baño en la playa de Cuberris o en la salvaje playa de Antuerta. Y en cualquier época del año, es perfecto un paseo por todos los acantilados de la zona, incluso llegar hasta la Ojerada, y sus grandes oquedades u "ojos" que ha formado caprichosamente el mar en esta roca tan característica.
Y poco a poco llegamos a Santander
Volvemos otra vez al mar esta vez con destino Santander. Por el camino sé que vas a querer parar también en la Playa de Somo, sobre todo si eres amante del surf.
No te preocupes, desde Somo ya podrás divisar nuestro siguiente objetivo: el Faro que hay en la Península de la Magdalena, el Faro de Punta de Cerda. Un nombre un tanto peculiar para una de las zonas más bellas de Santander.
Seguramente habrás visto en millones de fotos esta península presidida por el conocidísimo Palacio de la Magdalena, antigua residencia de verano del Rey Alfonso XIII. Como vas a acercarte hasta aquí, y eres un/a chic@ curioso, no olvides leerte estas 10 curiosidades sobre el Palacio de la Magdalena que tal vez no conocías.
Además de curioso, serás un/a chi@a con suerte porque entre sus acantilados no sólo divisarás un faro, sino dos. A tiro de piedra de la península de la Magdalena también está el faro de la Isla de Mouro. Nuestro siguiente objetivo.
A la Isla de Mouro sólo se puede acceder en barco y es una zona muy frecuentada por los amantes del buceo. Me encanta esta zona de Santander porque en tan sólo unos metros puedes ver la bahía, una de las bahías más bonitas del mundo, la zona del Sardinero y las montañas al fondo. En serio, ¿qué más se puede pedir?
Querrás que el tiempo se detenga allí, pero vamos a continuar unas millas más hacia el norte dejando atrás las playas del Sardinero y Mataleñas para llegar al Faro de Cabo Mayor.
Aquí nos pararemos para dar un paseo por la zona de Mataleñas. Si te ves con fuerza, continua el paseo por toda la senda de Mataleñas hasta el Sardinero. Para mí, es uno de los paseos que más me gustan de todo Santander.
Tranqui, que si no eres muy de andar, y eres más de bares, justo al lado del Faro de Cabo Mayor hay un bar muy típico para ir los fines de semana a tomar el vermú y las rabas, sobre todo cuando luce el sol.
Si prefieres algo más cultural, también dentro del faro hay un Centro de Arte con exposiciones de pintura y de fotografía. Como ves, tengo planes para todos.
Rumbo a Suances
De nuevo, otra vez en ruta atravesamos la Costa Quebrada, una de las zonas de Cantabria donde sus acantilados y sus calas salvajes son para enamorarte una y mil veces. Dime si conoces algún lugar más bonito que éste.
Es precioso, lo sé, pero tenemos que continuar hasta Suances.
Una vez llegados a Suances, verás a lo lejos, en la parte alta del pueblo, el Faro de Punta del Torco. Muy cerca de aquí está la famosa Playa de los Locos. Los atardeceres desde esta zona son de lo mejorcito de la provincia.
Relájate un poco mientras escuchas como rompen las olas en los acantilados de la Roca Blanca. Créeme. Es mágico.
Una vez visto Suances, merece la pena alejarse un poco de la costa para visitar Santillana del Mar, uno de los pueblos más conocidos de Cantabria. Si en cambio, no te apetece desviarte, continua por la costa hasta llegar a Ubiarco. Te encontrarás con este lugar súper curioso. ¿Lo conocías?
Y por supuesto, no te olvides de Comillas y su Capricho de Gaudí, la única obra del genio Gaudí en Cantabria. ¡No creo que merezca la pena perdérselo!
Y llegamos hasta San Vicente de la Barquera
Paso a paso, y casi sin darnos cuenta, vamos llegando al fin de nuestra ruta por la costa cántabra. Después de pasar la Playa de Oyambre llegamos en San Vicente de la Barquera, quizás te suena porque allí nació David Bustamante, pero no vamos a entrar en cotilleos.
El Casco Viejo de San Vicente de la Barquera es otro de los puntos imprescindibles de nuestro recorrido. No olvides ver la Iglesia de Santa María de los Ángeles, el Castillo del Rey, y los restos de una antigua muralla que sirvió como fortificación.
Y para finalizar nuestra ruta de faros, llegamos hasta el Faro de Punta de Silla, a apenas dos kilómetros desde el centro de San Vicente. Desde aquí tienes unas buenas vistas de pájaro a la Playa de Merón, la Ría de San Vicente y a San Vicente de la Barquera de fondo. Si esto te parece poco, también puedes ver los Picos de Europa al fondo. Si vas en invierno o primavera seguramente que tendrás la suerte de verlos nevados.
Y con esto hemos atracado ya en nuestro puerto final. Espero que os haya gustado esta ruta por la costa de Cantabria y sus faros. Cantabria es tan bonita que tiene infinitas formas de recorrerla. Creo que el mar es una buen ejemplo de ello.
¿Y a ti te gustan los faros? ¿Qué te ha parecido esta ruta por la costa? ¡Déjanos un comentario, nos encantará leerte!
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