Tracas viajeras I: de cuando llegué tres días más tarde a Edimburgo


Aprovechando que esta semana están los controladores aéreos de huelga en España, me apetece contaros el agónico mal rato que sufrí de la que volaba a Edimburgo y llegué tres días más tarde. La gente que me conoce pensará que no les extraña nada que llegase tan tarde porque soy muy impuntual, lo reconozco, pero que conste que esta vez no fue a posta. Queda inaugurada una nueva sección en el blog bautizada como "tracas viajeras".

Bueno, no te voy a mentir, realmente tengo otra traca viajera aún mejor (o peor, depende de cómo se vea) que se podría titular: "De cuando anunciaron que cancelaron mi vuelo, me fui del aeropuerto, salí de fiesta como si no hubiese mañana y, al día siguiente, me dijeron que el vuelo finalmente sí salió". Pero eso la dejo para otro momento.

Ha llovido bastante desde este viaje a Escocia, pero por aquel entonces no tenía blog, así que me apetece contarlo ahora. Además, creo que todos tenemos alguna que otra experiencia graciosa con los aviones ¿a qué si? La mía en su día no me hizo mucha gracia, pero como me caéis bien os lo cuento para que os riáis un poco de mí y de mis historias por el mundo.

Regi Edimburgo portada defiitivo

¿Os acordáis de la huelga de controladores aéreos que hubo hace unos cuantos años en el puente de diciembre? Por aquél entonces Juanra estaba trabajando en Escocia, concretamente en Glasgow. Yo estaba en Santander acabando la carrera y tenía cogidos los billetes de avión para ir a visitarle después de llevar unas semanas sin vernos. Volaba hasta Edimburgo con la compañía Ryanair desde Santander y hacía escala en Barcelona. No conseguí llegar el día que tenía los billetes, sino que llegué tres días más tarde de lo previsto, pero llegué ¿eh? Esta fue la maldita secuencia:

  • La semana antes de volar a Escocia cae “la del pulpo”. El aeropuerto de Edimburgo cierra por nieve, y todos los vuelos estaban cancelados. Edimburgo estaba casi más nevado que el Himalaya.
  • Tres días antes del vuelo, parece que el tiempo mejora un poco, aunque era diciembre, hacía un frío que pelaba y sabíamos que podía volver a nevar como si nunca hubiese nevado antes. Al menos, parecía que el tráfico aéreo en Escocia se empezaba a normalizar, así que yo mantenía todos mis planes a tope. Ya imaginaba mi ruta por Escocia, me veía visitando un montón de castillos medievales, poniéndome morada a whisky escocés...
  • Oye, lo del whisky es broma, odio el whisky a muerte.
  • Pero mis planes duraron bien poco. Dos días antes de volar (aquel dichoso viernes del puente de diciembre de 2010) los controladores aéreos de España deciden ponerse en huelga repentinamente. Seguro que alguno de vosotros recordará ese magnífico puente porque también disfrutó del viaje desde su casa 🙂 .
  • El día antes de volar las autoridades exigen que los controladores aéreos vuelvan a sus puestos de trabajo, así que mi esperanza vuelve y ya me imagino con Juanra en Escocia tocando la gaita con una falda de cuadros.

scotland gif

  • Por fin llega el día D y la hora H, acudo al aeropuerto de Santander con toda mi ilusión, pensando que si los controladores aéreos habían vuelto al trabajo y en Edimburgo no nevaba… ¿qué podría salir mal?
  • Ays, pobre niña ilusa.
  • Alguien me debió de echar un mal de ojo porque ese día mi flor en el culo desapareció. Primero anuncian que el vuelo iba con retraso y, poco después, confirman que mi vuelo de Santander a Barcelona se cancela debido a las fuertes ráfagas de viento sur en el Aeropuerto de Santander, ¡viento sur, eh! ¿No me digáis que no es de traca? Estuve mirando otras opciones pero, por tiempo y distancia, ya no me daba tiempo a coger el avión directo de Barcelona a Edimburgo.
  • Y ahora os preguntaréis bueno, pero mirarías otro vuelo ¿no? Pues siento deciros que Santander no es como Madrid o Barcelona y el siguiente vuelo que hacía el mismo trayecto, que no me costase un ojo de la cara, y que no estuviese completo no salía hasta tres días más tarde de lo previsto. Vale, soy tardona pero esto ya se me escapaba de las manos. Así que muchos de mis planes escoceses desparecen, (lo de la gaita y la falda seguía en pie, por supuesto). Como dice el refrán, más vale tarde que nunca, compré el billete para tres días más tarde sin pensármelo mucho .
  • Llega el día D (2) y la hora H (2), previamente regué bien mi flor para que ésta vez si floreciese. Y efectivamente, floreció. Ese día salen todos los vuelos sin complicación. ¡Por fin estoy volando hacia la fría Escocia!

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Como puedes ver en la foto teníamos mucho calor (y unos cuantos años menos)

Y después de esta pequeña aventura viajera, en los que se juntaron misteriosamente todos los elementos imposibles habidos y por haber como nieve+ huelga+ viento… ¡¡LLEGUÉ!! Y me estaba esperando uno de los mejores viajes que he hecho hasta el momento.

Bonos plus: Por si no os ha parecido suficiente, comentar como anécdota final que, el mismo día (2) que yo volaba hasta Edimburgo, Juanra casi pierde el tren desde Glasgow a Edimburgo (ey! Juanra también llega tarde siempre, por eso duramos como novios 😉 ). Iba a venir a buscarme al aeropuerto a última hora de la tarde para quedarnos todo el día siguiente viendo Edimburgo, (acuérdate, llevábamos tiempo sin vernos, sino no le engaño para que venga a buscarme ni de coña) y paseando por la mañana se dio cuenta de la cola enorme que había en la estación de tren. Por suerte le dio por preguntar, ¡todos los trenes habían sido cancelados por nieve y solo había uno que salia en media hora! Pues nada, una carrerilla y con lo puesto para el tren a buscar a Regi. Juanra sí que tiene una gran flor, es el típico que siempre encuentra aparcamiento cuando está todo petado, no sé como lo hace.

Y esta es la primera historia de mis tracas viajeras. Seguro que tú también tienes alguna traca viajera de esas que en su momento te suponen un trauma pero luego te ríes de ellas, ¡cuéntanoslo! Seguro que nos reímos un rato.

Por cierto, respecto a la otra historia de la no-cancelación de mi vuelo me da para otro post. Estoy oyendo por ahí voces "que lo cuente, que lo cuente, que lo cuente". Consultaré con la almohada si contarlo o no.

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Última actualización: 15 de julio de 2019
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